Tomamos la iniciativa de emprender una vida juntos, el proceso de encontrar un hogar y habilitarlo para entrar a vivir es maravilloso. En este periodo surgen infinidad de sentimientos e ilusiones de futuro, todo se hace con unas ganas inmensas.
Llega el día en el que comienza la convivencia, pero a partir de aquí hay que dejar las cosas claras, es muy importante que la pareja tenga claro cómo o cuáles van a ser las reglas de la convivencia. Tan malo es que todo el día estemos juntos y pasemos cada minuto de nuestro tiempo libre juntos como pasar este tiempo separados por completo.
Es fundamental realizar planes en pareja que fortalezcan la relación y si se comparten hobbies mejor, por supuesto, pero también debemos tener un espacio propio, una independencia que nos permita seguir realizando actividades de forma individual para liberar nuestra mente, volver a casa y ambos contarnos nuestras experiencias en ese día. La conversación tendrá otro carácter diferente al del día a día en el que sólo nos contamos cómo nos ha ido en el trabajo o qué tareas domésticas hemos realizado, volveremos más frescos y renovados, felices y afrontaremos la vida en pareja desde otra perspectiva.
A partir de este punto cada pareja señala sus límites y sus reglas, pero siempre llegando a un acuerdo que nos beneficie mutuamente.
